Los abajo firmantes vemos con preocupación la propuesta de bajar la edad de imputabilidad y el manejo irresponsable de la información que se está realizando al respecto.
Consideramos que es necesario tomar medidas respecto a la
violencia y la inseguridad, pero sostenemos que colocar a los niños, niñas y
adolescentes como la principal causa de la inseguridad y proponer la baja de la imputabilidad como
solución a problemas sociales mucho más profundos y complejos, implica una
lectura errónea en tanto no toma en cuenta todos los elementos que componen la
realidad de esta problemática. Es inadecuada desde el punto de vista jurídico y
fundamentalmente, desde el punto de vista ético.
Los datos indican que los actos delictivos en los que
participan menores de edad, representan una cantidad mínima entre los delitos
que se cometen en el país. Más aún, son los niños, niñas y adolescentes las
principales víctimas de la violencia. Estigmatizar genera más violencia.
En nuestro país ya se han endurecido las penas y se ha
bajado de hecho la edad de imputabilidad. Existen hoy, en el Código de la Niñez
y la Adolescencia, sanciones penales de hasta cinco años para jóvenes,
desde los 13 años.
También se ha pactado entre todos los partidos políticos
mantener los antecedentes de los menores de edad por lo que, más allá de poder
reflexionar también respecto a este punto, es preciso aclarar que la propuesta
concreta de la baja de imputabilidad no refiere
al mismo.
Nada de eso mejora la seguridad ni el clima de convivencia.
Lejos de pensar que no hay nada que hacer, vemos la
necesidad de trabajar en el tema en forma responsable, generando cambios
profundos y sostenidos.
Para eso es imperioso asumir que es la sociedad adulta la
que tiene la responsabilidad en esta problemática y es quien debe velar por el
respeto hacia los niños, niñas y adolescentes, desde una perspectiva de
derechos humanos y responsabilidad colectiva.
Es claro que la toma de acciones en pro de cambios profundos
y significativos suponen otros tiempos; en este sentido es fundamental recordar
que las pretendidas soluciones inmediatas,
comprendidas desde un enfoque simplista, no resuelven ésta ni ninguna
otra problemática social.
Es necesario trabajar con los niños, niñas y adolescentes
desde un enfoque preventivo, generando
condiciones que les permitan situarse desde otra perspectiva desde la cual
puedan gozar de sus derechos y asumir sus responsabilidades disminuyendo así la
necesidad de delinquir y generando andamiajes que sostengan a estos sujetos,
muchas veces vulnerados.
Es fundamental mejorar las instituciones existentes, buscar
regímenes alternativos a la privación de libertad con medidas que permitan
rehabilitarse, mejorar las condiciones de reclusión cuando ésta es
inevitable, comprometer en el proyecto a
los agentes educativos, sociales y de la salud.
Tal como plantean las fuentes históricas y en particular la
Mishná (libro de enseñanzas rabínicas compiladas en el Siglo III), debemos
buscar “tikún olam”, reparar el mundo,
salvaguardando a aquellos que estuvieran en desventaja.
Y en lugar de culpabilizar y dirigir la mirada hacia afuera,
pensarnos a cada uno de nosotros como miembros activos de esta sociedad y
responsables de lo que en ella acontece.
Solo de esta manera podremos abordar el tema de forma crítica, desde la
co-responsabilidad, comprometiéndonos TODOS.
Casa de Cultura Mordejai Anilevich Asociación Cultural Israelita J.
Zhitlovsky